(extracto casi completamente fiel al original)

(disculpen las múltiples fallas de redacción, ortografía, fleterías y mamonerías)

Estaba sentada en la micro, alterada porque me cambiaron al micrero y nos acaba de gritonear a todos; pensando si que el cielo esté rojo en la mañana significa lo mismo que cuando lo está en el atardecer. Llevaba en la mano izquierda una bolsa con dos vestidos que usé para las fiestas de 15 (¡!, si ya son casi 19…) y en la derecha el bolso que me compré a principio de este año (ese día que pensé que me iba a morir en la calle) y que he usado non-stop todo este tiempo para ir a la universidad.

Estaba escuchando esta canción (allá arriba, póngale play y espere el loading, no sea pajero) e involuntariamente viajé hacia el pasado. Recordé Viña y después, con más fuerza, recordé Valpo (¿fue parte todo eso realmente del año pasado?).

Ya en el metro me alegré de que no fuera tan lleno y de poder sacar este cuaderno (lleno de materia que no me he aprendido ni entiendo) y mi portaminas, porque nunca he podido escribir inspiradamente a pasta (y me acordé del lápiz a pasta verde de la coni, del cuaderno fleto de la paloma y del escondido pero prolífico blog de la claudia; todo esto involuntariamente).

Escribo con urgencia, tratando de aguantar las ganas de bajarme del vagón, subir y bajar las escaleras, para tomarme la maldita micro de vuelta y sentarme a escribir tranquila en mi pc.

Pero, filo, igual ya están leyendo esto en el blog de las 4, en NUESTRO blog, y de nuevo vuelvo atrás y recuerdo el día que lo creamos, cuando le pusimos el nombre (bello nombre) en un metro como este. Ese día y ESA conversación, ¿se acuerdan? (una terraza, dos sobrinos, un perro y cuatro jóvenes desinhibidas, necesito decir más?) jeje, de repente hace falta otra de esas… quizás cuando opazo vuelva del extranjero, quién sabe…

Quizás todo esto debería irse a mi blog personal. Pero así entiendo yo como funciona esto: cada una se lo toma con descaro de vez en cuando, y permanece el mismo post por 100 años, porque al resto le da pena, porque es tan bonito (o quizás es por pura flojera…) Bueno, sólo tengan presente que ESTO NO ES BONITO, así que reemplácenlo con confianza. Ahora mismo. Terminen de leer y NO COMENTEN, sino que POSTEEN. Necesito saber de ustedes. Y cada día odio con más pasión el puto teléfono.

Y, ¿por qué me acuerdo hoy día de ustedes? Y, ¿por qué estoy a punto de ponerme a llorar "sola" en un lugar público mirando un cuaderno y un lápiz?

Porque de repente la vida apesta, porque hoy desperté con un nuevo optimismo (que todavía no sé hasta que punto es algo ficticio) y porque son pocas las cosas reales que me mantienen a flote. Porque aunque las vea una vez al año eso ya es bastante. Es el recuerdo de octubre (o noviembre, o septiembre...) del año pasado, cuando una vez más sentí como me salvaban la vida (sí, las lloraderas en el baño) y como ahora, que las cosas que me afectan son tan diferentes ( y quizás tanto menos relevantes, quién sabe…) las siento acá al lado igual.

(combinación a línea 5; se corta o se cambia un poco la inspiración, lo siento; pero ya está medio inconexo, así que filo)

Así que quería decirles (sí, había algo puntual que quería decirles) que ya no me siento tonta. Que llevo un semestre entero luchando contra un ramo mongólico que me ha hecho cuestionar mi persona completa. Pero, aunque ya es casi seguro que tengo que hacerlo de nuevo (bkn! me gané un postgrado… y real ya no me importa!) dejé de sentirme tonta. ¿Por qué? Porque me acordé de todo lo que soy con ustedes y de todo lo que construimos juntas. Y una persona realmente tonta nunca habría podido lograr todo eso. Así es, para mí somos un logro, nuestra amistad es uno de nuestros mayores logros. El resto de las cosas no me deja de importar; pero el hecho que me ponga floja y haga las cosas al revés, no implica para nada que no me pueda volver a levantar, que no vaya a sobrevivir estas últimas tres semanas, este segundo semestre, y estos cinco (bueno ya, seis…) años que me quedan de esa carrera misteriosa que todavía no elijo (¿o no me elige?).
En resumen me siento orgullosa de esto que construimos, que vamos a seguir construyendo y quizás de cuántas cosas más igual de increíbles que nos quedan a todas, juntas separadas, por construir.

Eso vendría siendo. Probablemente no las vea en todo este tiempo, pero en las vacaciones, ¿seguro? ¿A dónde nos vamos ahora? ¿a Kabrak con la pazita?, ¿o la pijamada en alguna casa todavía funciona?

Paloma: ya me acostumbré a verte más que a todas. Te mueres la diferencia que eso ha significado eso durante este tiempo. Lo más duro se te viene encima, porque probablemente de todo lo que has pasado (en esa historia particular) nada haya sido más difícil de lo que ahora vas a buscar concientemente. Sólo cuídate. Y apóyate en mí (en nosotras).

Claudia: no importa si no me puedes ir a ver, si no se te ocurre llamarme, o qué escribir. Sé que te acuerdas de nosotras tanto como nosotras de ti. Y nunca me enojo contigo, es sólo que la pena de no compartir tanto de tu vida como antes se me sale como si fuera rabia. Porfa acuérdate que quiero saber de ti, SiemprE quiero saber de ti.

Coni: no tengo idea que escribir acá. En todo este tiempo nunca te he sentido lejos. Y no me imagino viviendo normalmente si eso fuera distinto.

¿Y yo? Yo sigo siendo la misma. Más gente me conocerá ahora como “la javi” que como “javo" (y sus múltiples derivados), tomaré café (como desquiciada, a veces), pintaré lienzos (weón! si la gente piensa que soy artista); pero sigo siendo la misma fleta colapsona, semi llorona (acá estamos al aguante), que todavía no pretende probar el cigarro y que tiene sus ciclos igual que todas las demás (visualicen las curvas de los estados de ánimo, porfa), y que al parecer ahora vuelve a irse para arriba, inspirada básicamente en el recuerdo del pasado, del futuro y del presente que tiene con (tuvo, tendrá) con sus tres (igual de fletas, colapsonas y cíclicas) mejores amigas.

Les amo.
O mejor, simplemente las quiero.